jueves, 2 de febrero de 2012

Saga Corazón de Piedra - Charlie Fletcher

Y he aquí el pseudo-origen de mi apodo (no, señores, no me llamo Fletcher).

Me retracto

Y es que en mi... ¿penúltima? entrada decía que me encanta que venga el frío.
Eso no incluye olas de frío siberiano, si frrrrrrío siberrrrriano, ni olas de flow siberiano.
Puede que nadie entienda las dos últimas.
No importa, yo sé de lo que me hablo.
Porque ahora mismo me estoy quedando pajarito, con las manos congeladas y me dan tembleques como a un Chihuahua. No sabía cómo se escribe "Chihuahua". Me ha tenido que corregir Google.

Y para terminar os dejos las dos última canciones que he escuchado:

¡Saluditos!

Lavado de cara al blog

Y eso que iba de camino a Efecto Fénix.
Me dio por entrar hace un ratito. Casi me quedo ciega con el naranja butano - barra - Holanda.
Ahora le he dado un toque más, no sé, otoñal. Menos derrite-ojos.
Me gustan las cosas otoñales. La hojas amarillentas, el marrón de la ramas, todo eso. Pisar las hojas que han caído de los árboles y que crujan. Me resulta tremendamente divertido.

¿Por dónde iba? El blog, cierto.
También he cambiado el formato de la letra. El que sale en las entradas (también conocido como el que estáis leyendo ahora mismo) es la letra que me gustaría tener.
Y la de la descripción es mi letra e mayúsculas, más o menos :D

Y ahora los afiliados están a la derecha. Y creo que nada más.

¡Un saludito!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

:D

Vuelve el invierno, vuelve el frío, vuelven las tardes cada vez más cortas y las noches cada vez más largas.
Vuelve la ropa de abrigo, vuelve el cabrearme porque el pelo se me riza con la humedad, el no poder enseñar mi última camiseta porque es de manga corta, el congelarse en la calle y asarse al entrar en un local.
Vuelve el vivir en la Gavia, en los cines, en el Starbucks, en la Fnac.
Vuelve el ser de un pálido lechuguino por la falta de sol, el tener la nariz roja y las manos sin movilidad por el frío, vuelven los viernes en Zarochi, del chino al banco y del banco al chino.
Vuelve el tomar chocolate caliente mientras paseamos por Goya bajo las luces.
Vuelve en apalancarse en casita con una manta y el ordenador, escuchando música y hablando por teléfono.
Vuelve el joderme los guantes porque se me enganchan en el paraguas, el joderme el peinado por apartarme el pelo con los guantes, vuelve el tener los dientes congelados por haberme reído toda la tarde.
Vuelve el escuchar el musicote de mis amigas, todas apretujadas bajo un farola.
Vuelven tantas cosas.

Vuelve el invierno, vuelve el frío. Y me encanta.

lunes, 17 de octubre de 2011

(8)

Que nooooooooooooo, que no me he muerto, solo huía de la justicia. Podéis respirar tranquilos, les he dado esquinazo xDD
Sé que apenas atiendo este blog, pues ando bastante líada con Bag of Doritos, y otras muchas más cosucas, pero quería dejaros un pas de canciones que me dan muy buen rollo. Y como vengo estresada de huevos, os las recomiendo para relajaros un poco :D

Sí, todas a la playa ;)

miércoles, 28 de septiembre de 2011

¡¡Puubli!!

¡Muy buenas!
Ya haré entrada en plan bien (es decir, con más de 4 líneas), pero ahora escribo deprisita para hacer publi del nuevo blog (desde el mes pasado LOL).
Si sois aficionadas a chulazos varios, así como si os gusta reduciros dioptrías por el método del tío bueno, ¡pasaos por "Bag of Doritos", el blog de los chulazos de Fletch & Co :D!
Nada más. Os dejo link: 
http://bagofdoritos.blogspot.com/

lunes, 5 de septiembre de 2011

El efecto fénix en los blogs

Pues sí, señoras y señores, vuelvo al blog después de ausentarme casi un mes.
No sé si os habréis dado cuenta del efecto fénix en las páginas web, foros, blogs... Es una cosa bien sencilla y que seguro habéis protagonizado alguna vez; el caso es que, al igual que esto mítico pajaretes, las webs renacen de sus cenizas. Sí, porque tú creas un blog, por ejemplo, haces como yo y escribes dos entradas. Lo dejas en reposo un tiempecillo y cuando lo vuelves a abrir... Es decir, que alguien te dice algo y se te enciende la bombillita... y dices ¡Ostia! ¡Si yo tenía un blog! ¿Seguirá ahí, vivo, en alguna parte del vasto Interné? Y te da por mirarlo y, efectivamene, ahí sigue el cabrón, como si no hubiera pasado el tiempo. Porque es lo bueno que tienen las webs y todas estas movidas, que como pillar polvo, no lo pillan. Total, que te da por mirarlo, le hechas un vistazo a las cosucas que tenía por ahí colgadas... se te queda una cara... un cara de asco... una cara de el Fary chupando limones... y piensas: Qué mieeeeeeerdas escribía yo, ¿no? Y como para disculparte empiezas: pero bueno, era joven y alocada, era bastante inmadura, los últimos acontecimientos me han hecho replantearme mi vida y... pero ahí te callas, y te quedas más cortada que los flecos de una colcha, porque ves la fecha. Ves la fecha y te das cuenta de que solo han pasado unas semanas. Entonces es cuando realmente te replanteas tu vida, te metes en tu cuenta de Google, haciendo un esfuerzo por recordar la contraseña, te vas al escritorio de Blogger y dices: a la mierda. Intentas borrar el maldito blog, pero... ¡oh! ES IMPOSIBLE. Estas cosas son inmortales. Y cuando por fin descubres cómo narices se borra te da la opción de recuperar y tú te tiras de los pelos y gritas: ¡Para qué carajos quiero yo recuperar ese engendro! ¡Si me ha costado Dios y ayuda borrarlo!

Años, meses, semanas, días e incluso horas, minutos y segundos después te dices: voy a crear un blog, ahí, guapísimo, le voy a poner tal, y modificaré el no sé qué para que me quede todo profesional... Lo haces con todo tu cariño y amor y paciencia, escribes una entrada presentándote, hola soy Tal Pascual, he creado este blog porque soy gilipollas... Bueno, eso no lo pones pero es la verdad, porque, ¿adivinas lo que pasa? Sí, efectivamente, escribes cuatro entradas y lo dejas reposar.
Y entonces caes en un bucle espacio-temporal y tiempo después lo vuelves a abrir, te da un ictus al verlo, decides borrarlo...
Pero todo eso no sirve para nada, porque lo vuelves a hacer, y te das cuenta de que es igual de malo... ¿Y sabes por qué? Porque, al igual que los Fénix, los malos post renacen de sus cenizas y ya les puedes meter con el soplete, tirarles una bomba, llevarles a una fiesta de la espuma en la central de Fukushima que nada, que siguen renaciendo.

¡Un saludo!

FletcherProductions 2011